El metabolismo, el motor del cuerpo, desempeña un papel fundamental. Factores como la edad, la masa muscular y la genética influyen en la tasa metabólica. El entrenamiento intervalado de alta intensidad (HIIT) puede aumentar el metabolismo, mejorando la quema de calorías incluso después del ejercicio.
Las hormonas, como la insulina y la leptina, controlan el hambre y el almacenamiento de grasa. Los alimentos procesados, ricos en azúcares y carbohidratos refinados, pueden alterar el equilibrio hormonal, provocando el exceso de comida y el aumento de peso. Optar por alimentos integrales y ricos en nutrientes estabiliza las hormonas, promoviendo un peso más saludable.
La composición dietética también es importante. Las proteínas generan una sensación de saciedad, ayudando a controlar el apetito. La inclusión de alimentos ricos en fibra apoya la digestión y proporciona saciedad duradera.
En la ciencia de la pérdida de peso, adoptar un enfoque holístico que considere el metabolismo, las hormonas y las elecciones dietéticas es clave. Más allá del recuento de calorías, abordar estos factores fomenta un camino sostenible para alcanzar y mantener un peso saludable.